«Nunca se quejó de algún dolor», sonrió hasta antes de morir en los brazos de su padre, en su fiesta de XV años,

El último día de vida de Danielle fue emocionante e impactante para ella justo antes de su muerte afuera de la casa en San Pedro, Coahuila, donde se llevó a cabo su fiesta de quince años.

Daniela murió de un paro cardíaco, según el informe de la autopsia de la Fiscalía General de Justicia de Coahuila. “Ella nunca se quejó de dolores en el pecho, y nunca la vimos temblar durante la fiesta o cualquier síntoma de dificultad para respirar”, dijo su tía, quien reflexionó sobre el dolor que enfrentó por el fallecimiento de Danielle.

Magdalena Montemayor, la tía de Danielle, dijo que su sobrina quería ser doctora porque quería curar a todos los que estaban enfermos y sufriendo.

Destacó que se estaba graduando del bachillerato e ingresando a la universidad para estudiar medicina, lo cual lamentablemente no sucedió porque se nos adelantó en el camino.

“Ella es buena, ha sido buena desde niña, es muy educada y muy responsable con sus padres, hermanos y algunos amigos”, dijo. Comentó que era coqueta desde temprana edad y amaba su cabello rizado cuando era adolescente, así como la ropa de moda y los pantalones cortos de colores brillantes.

También le gusta la comida picante, no le gustan los dulces, le gusta todo lo que come. Explicó que su carácter siempre fue tímido y difícil de entender con sus amigos, era quisquillosa y buscaba mucho en ellos.

Sin embargo, fue muy apreciado por sus compañeros de clase, hermanos, padres y vecinos que lo conocieron. “Sí, nunca faltaba a misa a las ocho de la mañana y siempre ha sido fiel, obediente a Dios”, dijo.

Dijo que hace un año había calculado que tenía quince años, y el día de la fiesta se unió a todos los invitados y los hizo bailar con brillantes sonrisas hasta que desaparecieron.

Sin embargo, su tía, Águeda Chávez, confirmó que la muerte de Daniela fue un paro cardíaco y no producto de una pelea, ya que la red social procesó la noticia de la muerte de su sobrina durante el juicio.

Águeda dijo: «Su fiesta fue espectacular, la más bella Daniela, y creo que se fue con un buen sabor de boca, que disfrutó durante los quince años esperados». Según él, la vida es injusta con Daniela porque la vida no le permite vivir y alcanzar los sueños que ha planeado cuidadosamente desde niña.

Dijo el sábado, la víspera de su muerte, que estaba tan satisfecha y feliz que no pensó que celebraría sus quince años, que era su sueño, el domingo a las 1.40 Cent, «Nosotras, Daniela, estamos para siempre, pero sabemos que ella está en nuestro corazón.