Duró 25 años para entender y admirar a su madre.

Es evidente que a medida que pasan los años y vamos madurando nuestra percepción de las cosas va cambiando, haciéndonos mirar hacia el pasado con una perspectiva diferente.

Muchas veces se dan conflictos con nuestros padres, durante la infancia, adolescencia solemos no comprender el compromiso y desafío que implica esta labor de paternidad, es ya en la etapa de adultos que empezamos a entender muchas cosas que nuestros padres nos exigieron de jóvenes.

Esta historia se centra en una hija que siempre catalogaba a su madre de tóxica y después de 25 años, finalmente logra reconocer en ella a una luchadora incansable y pedirle perdón, durante aproximadamente dos décadas, ella se consideraba la preferida de su padre y percibía a su madre como una mujer tóxica.

Sus padres se separaron y posteriormente su padre decidió formar otra familia, estando la hija convencida de que todos los problemas recaían en su madre, siempre pensaba que su madre era una esposa difícil de tratar y por esto apoyaba a su padre en que la abandonara.

Después de adulta la joven decidió reconstruir la relación con su madre, sorprendiéndose al descubrir que ya no la veía igual, la mujer que veía en la actualidad era apacible, comprensiva, y estaba dispuesta a escuchar a su hija y a sus hermanos, tenía tiempo y energía para amar a sus hijos.

La chica comprendió que su madre era en realidad, una luchadora incansable que había criado a tres hijos prácticamente en solitario, siempre se había hecho cargo de la mayoría de las responsabilidades, desde las compras y las tareas cotidianas hasta la participación en los eventos escolares y la organización de fiestas.

Era quien supervisaba sus estudios y, además, había colaborado con el trabajo de su padre, la madre siempre había sido la figura disciplinaria, mientras que el padre había sido el «papá divertido» que simplemente proveía económicamente.

Ahora, la hija reconocía el inmenso sacrificio y esfuerzo de su madre en la crianza, esta historia de transformación y perdón nos lleva a reflexionar sobre la importancia de comprender a nuestros padres en su situación de padres.

La protagonista, ahora en sus veinte años, no puede evitar admirar a su madre, quien ha florecido desde que dejó atrás la sombra de su padre, esta experiencia la ha impulsado a ver y amar a su madre de una manera completamente nueva, y a lamentar no haberlo hecho antes.

La joven logró darse cuenta de que quien realmente era su padre, no correspondía a la imagen que tenía de el, su padre solo quiso ofrecer apoyo económico, después a su madre le tocaba todo lo demás, esta historia nos invita a considerar si nuestras relaciones con nuestros padres han cambiado a medida que hemos madurado.